martes, 22 de abril de 2008

CICATRICES

En un día caluroso de verano en el sur de Florida, un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa.

Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz.
Su mamá desde la casa lo miraba por la ventana, y vio con horror lo que sucedía.

Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo mas fuerte que podía.
Oyéndole el niño se alarmó y miró nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde.

Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos. Justo cuando el caimán le agarraba sus piernitas. La mujer jalaba determinada, con toda la fuerza de su corazón.

El cocodrilo era más fuerte, pero la mamá era mucho más apasionada y su amor no la abandonaba.
Un señor que escuchó los gritos se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo.

El niño sobrevivió y, aunque sus piernitas sufrieron bastante, aún pudo llegar a caminar.

Cuando salio del trauma, un periodista le preguntó al niño si le quería enseñar las cicatrices de sus piernas.
El niño levantó la colcha y se las mostró.
Pero entonces, con gran orgullo se remangó las mangas y dijo: “Pero las que usted debe de ver son estas”.

Eran las marcas de las uñas de su mamá que habían presionado con fuerza.
“Las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida”.


REFLEXIÓN: Nosotros también tenemos cicatrices de algún pasado doloroso, algunas son causadas por nuestros pecados, pero algunas son la huella de Dios que nos ha sostenido con fuerza para que no caigamos en las garras del mal y recuerda si te ha dolido alguna vez el alma, es porque Dios, te ha agarrado demasiado fuerte para que no caigas.

miércoles, 16 de abril de 2008

EL ANILLO

Un alumno llegó a su profesor con un problema:-Estoy aquí, profesor, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada.Dicen que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy tonto y muy idiota.¿Cómo puedo mejorar?¿Qué puedo hacer para que me valoren más?El profesor, sin mirarlo, le dijo:-Lo siento mucho, joven, pero ahora no puedo ayudarte. Primero debo resolver mi propio problema, tal vez después…Y haciendo una pausa dijo:Si tu me ayudas y puedo resolver mi problema rápidamente, quizá pueda ayudarte a resolver el tuyo.-Claro, profesor, murmuró el joven. Pero se sintió otra vez desvalorizado.El profesor se sacó un anillo que llevaba en el dedo pequeño, se lo dio y le dijo:Coge el caballo y vete al mercado. Debes vender este anillo porque tengo que pagar una deuda.Es preciso que obtengas por él el máximo posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro.Vete y vuelve con la moneda lo más rápido posible. El joven cogió el anillo y partió. Cuando llegó al mercado empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Ellos miraban con algún interés, atendiendo al joven cuando decía, cuanto pretendía por el anillo.Cuando decía que una moneda de oro, algunos reían, otros se apartaban sin mirarlo.Solamente un viejecito fue amable de explicarle que una moneda de oro era mucho valor para comprar un anillo. Intentando ayudar al joven, llegaron a ofrecerle una moneda de plata y una jícara de cobre, pero el joven seguía las instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazaba las ofertas.Después de ofrecer la joya a todos los que pasaban por el mercado, y abatido por el fracaso, montó en el caballo y regresó.El joven deseaba tener una moneda de oro para comprar él mismo el anillo, librando de la preocupación a su profesor pudiendo así recibir su ayuda y consejos.Entró en la casa y dijo:Profesor, lo siento mucho, pero es imposible conseguir lo que me pidió.Tal vez pudiese conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que pueda engañar a nadie sobre el valor del anillo. Importante lo que me dices, joven, le contestó sonriente. Primero debemos saber el valor del anillo. Vuelve a coger el caballo y vas a ver al joyero.Quien mejor para saber su valor exacto?Pero no importa cuanto te ofrezca, no lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo. El joven fue a ver al joyero y le dio el anillo para que lo examinara.El joyero lo examinó con una lupa, lo pesó y le dijo:-Dile a tu profesor que, que si lo quiere vender ahora no puedo darle más de 58 monedas de oro. -58 MONEDAS DE ORO!!, exclamó el joven.-Sí, contestó el joyero, y creo que con el tiempo podría ofrecer cerca de 70 monedas, pero si la venta es urgente…….. El joven corrió emocionado a casa del profesor para contarle lo ocurrido.-Siéntate, dijo el profesor, y después de escuchar todo lo que el joven le contó, le dijo:-Tú eres como ese anillo, una joya valiosa y única. Solamente puede ser valorada por un especialista.-Pensabas que cualquiera podía descubrir su verdadero valor?Y diciendo esto, volvió a colocarse su anillo en el dedo.Todos somos como esta joya.Valiosos y únicos y andamos por todos los mercados de la vida pretendiendo que personas inexpertas nos valoren.REFUEZA TU VALOR

jueves, 10 de abril de 2008

QUE SIGNIFICA LA FAMILIA?

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martes, 8 de abril de 2008

el loco


En un pueblo rodeado de cerros habitaba un loco, la gente del pueblo le llamaba así: "EL LOCO", ¿y porqué le llamaban así?, ¿Qué acaso hacia cosas disparatadas, cosas raras, cosas diferentes a lo que hacen la mayoría de las personas, al menos en ese pueblo?.
La gente al verlo pasar se reía y se burlaba de él, humildemente vestido, sin posesiones, sin una casa que se dijera de su propiedad, sin una esposa ni unos hijos; **un desdichado*, pensaba la gente, alguien que no beneficiaba a la sociedad, **un inútil** comentaban otros.
Más he aquí que este viejo ocupaba su vida sembrando árboles en todas partes donde pudiera, sembraba semillas de las cuales nunca vería ni las flores ni el fruto, y nadie le pagaba por ello y nadie se lo agradecía, nadie lo alentaba, por el contrario, era objeto de burla ante los demás.
Y así pasaba su vida, poniendo semillas, plantando arbolitos ante la burla de los demás. Y he aquí que ese ser era un gran Espíritu de Luz, que poniendo la muestra de como se deben hacer las cosas, sembrando, siempre sembrando sin esperar a ver el fruto, sin esperar a saborearlo.
Y sucedió que un día cabalgaba por esos rumbos el Sultán de aquellos lugares, rodeado de su escolta y observaba lo que sucedía verdaderamente en su reino, para no escucharlo a través de la boca de sus ministros.
Al pasar por aquel lugar y al encontrarse al Loco le preguntó: _ ¿Qué haces, buen hombre?
Y el viejo le respondió: _ Sembrando Señor, sembrando.
Nuevamente inquirió el Sultán: _ Pero, ¿cómo es que siembras?. estás viejo y cansado, y seguramente no verás siquiera el árbol cuando crezca. ¿Para qué siembras entonces?
A lo que el viejo contesto: _ Señor, otros sembraron y he comido, es tiempo de que yo siembre para que otros coman.
El Sultán quedo admirado de la sabiduría de aquel hombre al que llamaban LOCO, y nuevamente le preguntó:
_ Pero no verás los frutos, y aun sabiendo eso continuas sembrando... Por ello te regalaré una monedas de oro, por esa gran lección que me has dado.
El Sultán llamo a uno de sus guardias para que trajese una pequeña bolsa con monedas de oro u las entregó al sembrador.
El sembrador respondió: _Ves, Señor, como ya mi semilla ha dado fruto, aún no la acaba de sembrar y ya me está dando frutos, y aun más, si alguna persona se volviera loca como yo y se dedicara solamente a sembrar sin esperar los frutos sería el más maravilloso de todos los frutos que yo hubiera obtenido, porque siempre esperamos algo a cambio de lo que hacemos, porque siempre queremos que se nos devuelva igual que lo que hacemos. Esto, desde luego, sólo cuando consideramos que hacemos bien, y olvidándonos de lo malo que hacemos.
El Sultán le miró asombrado y le dijo : _ ¡Cuánta sabiduría y cuánto amor hay en ti!, ojala hubiera más como tú en este mundo, con unos cuantos que hubiese, el mundo sería otro; más nuestros ojos tapados con unos velos propios de la humanidad, nos impiden ver la grandeza de seres como tu. Ahora me retiraré porque, si sigo conversando contigo, terminaré por darte todos mis tesoros, aunque sé que los emplearlas bien, tal vez mejor que yo.
Y terminado esto, partió el Sultán junto con su séquito, y el Loco siguió sembrando y no se supo de su fin, no se supo si termino muerto y olvidado por ahí en algún cerro, pero él había cumplido su labor, realizó la misión, la misión de un Loco.
Este cuento sirve para ilustrarnos lo que muchos seres hacen en este mundo, pero callados, sin esperar recompensa y he aquí que se requieren muchos locos en el mundo, seres que repartan la Luz, que den la enseñanza, que sean guías en este mundo tan hambriento de la enseñanza espiritual.