domingo, 30 de noviembre de 2008

LA CIEGA

Había un ciega sentada en la calle, con una taza y un pedazo de cartón, escrito con tinta negra, que decía: "Por favor, ayúdenme, soy ciega" Un creativo de publicidad que pasaba frente a ella, se detuvo y observó unas pocas monedas en la taza. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó un marcador negro que el llevaba y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de cartón sobre los pies de la ciega y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar frente la ciega que pedía limosna; su taza estaba llena de billetes y monedas.
La ciega reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que re escribió su cartel y sobre todo, qué había escrito.
El publicista le contestó:"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras". Sonrió y siguió su camino. El nuevo mensaje decía : "Hoy es primavera y no puedo verla"Cambiemos de estrategia cuando no nos sale algo, y verán que puede que resulte mejor de esa manera.Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio. "Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás los resultados que siempre has obtenido“ El mundo exige resultados. No le cuentes a otros tus dolores del parto. Muéstrales al niño
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viernes, 21 de noviembre de 2008

La historia de un jóven con mal carácter

Su padre le dió una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta. El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta.Las semanas que siguieron, a medida que él aprendió a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta.Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.Los días pasaron y el jóven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta.Le dijo "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma.Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves."Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero el modo como se lo digas lo desbastará, y la cicatriz perdurará para siempre.Una ofensa verbal es tan dañina como una física. Los amigos son joyas preciosas.Nos hacen reír y nos animan a seguir adelante. Nos escuchan con atención y siempre están prestos a abrirnos su corazón. LOS AMIGOS SON JOYAS PRECIOSAS !!

jueves, 13 de noviembre de 2008

La moneda de cobre

Había una vez un sabio que al salir de la casa de oración, después de haber realizado sus rezos, se le acercó un mendigo y le pidió limosna. La conversación entre los dos fue la siguiente: -Antes de que te de una moneda, dime si eres despilfarrador –preguntó el sabio.-¡Sí, maestro, a fuerza de ser sincero, si soy gastador! –exclamó el mendigo al instante.-Bien. Ahora dime si te gusta estar sentado bebiendo café y fumando un buen tabaco –siguió el maestro.-¡Sí, así es! –respondió el mendigo.-Ya entiendo –dijo el maestro- estoy casi seguro de que te gusta ir diariamente a los baños de aguas termales.-¡Así es, maestro, así es! ¡Me encanta el agua caliente! –asintió el mendigo.-Y casi te adivino –prosiguió el maestro- que te gusta divertirte y tomar licor con los amigos de la calle. -¡Pues sí, así es! Me gustan todas esas cosas –respondió entusiasmado el mendigo.-Bien, si esa es tu vida, te voy a dar una buena moneda.Se dice que en ese momento dio al mendigo una moneda de oro. Algunos pasos más adelante, otro mendigo que había escuchado la conversación, le pidió limosna con gran insistencia; y este fue el diálogo.-Antes de darte una limosna, déjame hacerte algunas preguntas –dijo el maestro-. Para comenzar dime, ¿eres un hombre derrochador?-¡No, para anda! Yo no soy gastador, maestro –contestó el mendigo.-Bien, ahora dime si te gusta estar sentado tranquilamente bebiendo café y fumando tabaco –continuó el maestro.-¡No, por supuesto que no! Respondió de nuevo el mendigo.-Bueno, por lo menos te gustará ir frecuentemente a los baños termales.-¡No, claro que no!-¿Acaso te viene bien divertirte bebiendo con los amigos? –seguía diciendo el maestro-.-¡No, maestro, usted no me conoce! –respondió el mendigo-. Yo solo quiero vivir humildemente y rezar.-¡Ahora sí ya entendí! –afirmó el maestro- Y extendió su mano. Le entregó una pequeña de cobre para que comiera un poco. Al recibirla, el mendigo le reclamó indignado:-¿Por qué me das una moneda de poco valor y a aquel hombre gastador y disipado le entregaste una de oro? No te entiendo. Yo soy un hombre piadoso que vive con lo mínimo.-Mira –le respondió el maestro-. A él le di más porque sus necesidades son mayores que las tuyas.REFLEXIÓN en la vida es igual, Dios le da mas amor y compresión al que necesita, y que le pide con el corazón y la verdad, a veces pedimos y sentimos que Dios no nos escucha, pero tal vez nos tiene en espera porque hay otras personas que lo necesitan mas.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Vivir Feliz

Observa el amanecer por lo menos una vez al año. Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos. Ten un buen equipo de música. Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa. Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra. Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa. Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución. Maneja autos que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa. Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión. No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe. Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza). Anímate a presentarte a alguien que te cae bien simplemente con una sonrisa y diciendo: Mi nombre es fulano de tal; todavía no nos han presentado. Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir. Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado. Has lo que sea correcto, sin importar lo que otros piensen. Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo. Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas. Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades. Recuerda el viejo proverbio: Sin deudas, sin peligro. No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios. Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. (El que no vive para servir, no sirve para vivir). Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno. Confía en Dios, pero cierra tu auto con llave. Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran riesgo'. Nunca confundas riqueza con éxito. No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos. No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices Aunque tengas una posición holgada, has que tus hijos paguen parte de sus estudios. Has dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos. Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes. No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta. No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene. Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él. No confundas confort con felicidad. Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal. Escucha el doble de lo que hablas (por eso Dios nos dio dos oídos y una sola boca). Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos. Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos. Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento. Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres. Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.
'La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo ... simplemente disfruta al máximo de todo lo que Dios pone en su camino'