lunes, 30 de diciembre de 2013

Así es la Vida¡¡¡¡

Muchas veces en la vida pensamos y hasta decimos que nos queremos morir. Pero la vida es muy valiosa para desperdiciarla. Todos somos muy importantes. Piensa que aunque para el mundo no seas nadie, para alguien eres el mundo. Muchas veces pensamos que otros son perfectos, pero no hay nadie perfecto, todos somos iguales. Sólo hay gente que tiene cosas que tú no tienes, como tú tienes cosas que ellos no tienen. Muchas veces te sientes mal por la forma en que actúas y reaccionas, pero lo que ocurre es que algunos lastimamos con más facilidad que otros. Las virtudes de los demás siempre son más visibles para ti, que las tuyas propias. Muchas veces te aferras a algo o a alguien. No está mal, pero trata de no hacerlo indispensable para tu vida, si te acostumbras a usar siempre muletas, nunca andarás bien. Muchas veces te desprecias, te miras al espejo y te insultas. No lo hagas, acepta tanto tu realidad como el hecho de que sólo Dios puede transformar tu vida. Muchas veces nos desesperamos y desilusionamos, pero si todo lo que esperamos o deseamos se cumpliera, ¿dónde estarían las sorpresas?. Muchas veces nos traicionan los que creíamos amigos. Y ahí aparecen los verdaderos amigos que nos consuelan. Por todos esos motivos no bajes los brazos nunca. Por todo eso vive la vida al máximo, sonríe, se feliz, disfruta de la vida y confía en el Señor. Por todo eso ama la vida, quizás no sea muy larga, pero puede ser intensa y significativa. Puede que te toque vivir cosas difíciles, pero con el Señor, lo mejor, está por venir. No hagas que tu vida sea un infierno, trata de vivir cada momento como si fuese el último. Toma con cuidado las decisiones importantes, si te equivocas puedes derribar lo que construiste a lo largo de toda tu vida. Nunca cambies, siempre sé tu mismo. Piensa que siempre hay gente que te va a recibir con los brazos abiertos. Nunca creas que es tarde para volver a empezar. Nunca es tarde para realizar un sueño. No hay nada imposible para Dios. Acuérdate siempre que en nuestro idioma existe una palabra clave para volver a empezar, PERDÓN. “La vida es gratis, es un regalo y los regalos no hay que rechazarlos. Pero para que ese “regalo” tenga algún sentido, tienes que preguntarle a quien te la regaló, de otra manera te estarás perdiendo el verdadero significado de tu existencia”

lunes, 16 de diciembre de 2013

REFLEXIÓN

La noche había caído ya; sin embargo, el pequeño niño hacía grandes esfuerzos por permanecer despierto. El motivo bien valía la pena; estaba esperando a su papá. Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente cuando se abrió la puerta. Hijo: “Papá, ¿puedo hacerte una pregunta?” Padre: “Sí, claro, ¿qué es?” Hijo: “Papá, ¿cuánto dinero ganas en una hora?” —dijo con ojos muy abiertos. Su padre entre molesto y cansado, fue muy tajante en su respuesta. “Eso no es asunto tuyo, ni tu madre lo sabe, ¿por qué me preguntas tal cosa?” Hijo: “Sólo quiero saber, por favor dime, ¿cuánto ganas por una hora?” El papá contrariado contestó con un simple: “100 pesos por hora”. Hijo: “Oh” —El niño con tristeza agacha la cabeza hacia abajo... “Papá, ¿puedo pedir prestado 50 pesos?” El padre se puso furioso: “Si la única razón por la que quieres saber lo que gano es para pedir prestado dinero para comprarte algún juguete tonto, entonces quédate en tu habitación, no salgas y piensa por qué estás siendo tan egoísta. Yo trabajo duro todos los días, como para lidiar con este comportamiento tan infantil”. El niño en silencio cerró la puerta de su habitación. El hombre se sentó y comenzó incluso a ponerse más enojado acerca de la pregunta del pequeño. ¿Cómo se atreve a hacer tales preguntas sólo para obtener algo de dinero? Después de una hora o algo así, el hombre se calmó y comenzó a pensar: Tal vez había algo que realmente necesitaba comprar con esos 50 psos, después de todo, el niño no pedía dinero muy a menudo. Así pues, se acercó a la puerta de la habitación del niño y abrió la puerta. Padre: “¿Estás dormido, hijo?” Hijo: “No papá, estoy despierto". Padre: “He estado pensando, tal vez yo fui demasiado duro contigo. Ha sido un día largo y descargué mi frustración en ti. Aquí tienes los 50$ que me pediste…” El niño se irguió, sonriendo. “Oh, gracias papá!” -susurró el niño mientras metía su manita debajo de la almohada y sacaba varias monedas. Entonces, se levanta y agarra debajo de la almohada unas monedas y unos billetes arrugados. El hombre vio que el muchacho ya tenía dinero, empezó a enfadarse de nuevo. El niño contó despacio su dinero, y luego miró a su padre. Papá: “¿Por qué quieres más dinero si ya tiene bastante?” Hijo: “Porque yo no tenía suficiente, pero ahora sí.” –Contestó entusiasmado. “Papá, ahora tengo 100 pesos. ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor, mañana ven a casa temprano, me gustaría cenar contigo." El padre se sintió acongojado. Puso sus brazos alrededor de su pequeño hijo, y le suplicó por su perdón. Recordemos siempre, que la mejor inversión de nuestro tiempo es en la familia que tenemos, las personas que tenemos a nuestro lado y en nuestros corazones. Si el día de mañana morimos, en apenas unos breves días habría alguien reemplazándonos en el trabajo; en cambio, para la familia y amigos que dejamos atrás, la pérdida sería eterna. Valora el tiempo que pasas con los tuyos, porque no hay nada más valioso.

martes, 3 de diciembre de 2013

QUIERO COMPARTIR ESTA BONITA REFLEXIÓN QUE ME ENCONTRÉ EN EL FACEBOK Y FUE ESCRITA POR UN NIÑO DE 8 AÑOS

Una abuela es una mujer que no tiene hijos: por eso quiere tanto los hijos de los otros. Las abuelas no tienen nada que hacer. No tienen nada más que estar ahí. Cuando nos llevan de paseo, andan despacio, sin machacar las hojas bonitas, ni las orugas. No dicen nunca, " más deprisa niño no te quedes atrás!". Generalmente están arrugadas, pero no demasiado; saben hacer el nudo de nuestros zapatos. Saben que siempre queremos otro trozo de pastel, u otro más gordo. Una abuela de verdad no pega nunca a un niño; se enfadan riéndose. Las abuelas llevan gafas y a veces incluso pueden quitarse los dientes. Cuando nos leen cuentos, no saltan nunca un trozo ni dicen ya me canse, y no tienen nada en contra si les pedimos la misma historia varias veces. Las abuelas son los únicos adultos que tienen siempre tiempo. No son tan frágiles como lo dicen, incluso si se mueren más frecuentemente que nosotros. Todo el mundo debería procurar tener una abuela, sobre todo los niños de todo el mundo.