lunes, 24 de marzo de 2014

LOS SEIS ERRORES DEL HOMBRE

Error N° 1: La ilusión de que las ganancias personales se consiguen aplastando a los demás. A pesar de los años transcurridos este es un grave problema que todavía nos acompaña. Muchas personas creen que pueden llegar a ser más importantes encontrando defectos a los demás. Debemos estar alertas, porque en muchas oportunidades, nuestras críticas son sinónimos de carencias. Para evitar o corregir este error, concéntrate en tu propia vida y en cómo mejorarla. Hay dos formas de construir el edificio más alto de la ciudad: Una es destruyendo todos los demás edificios; la otra es trabajar en tu propio edificio y ver como avanza. Error N° 2: La tendencia a preocuparse por las cosas que no se pueden cambiar o corregir. No vale la pena preocuparse por las cosas sobre las que no tienes control, porque si no puedes hacer nada, no tiene sentido que te preocupes. En segundo lugar, no tiene sentido preocuparse por las cosas sobre las que tienes control, porque si tienes el control, no hay razón para preocuparse. Cuando puedas hacer algo, cambia de actitud y empieza a aplicar una estrategia. Error N° 3: Insistir en que una cosa es imposible, sencillamente porque no podemos conseguirla. Para calmar esta sensación, amigos lectores, vamos a partir de la siguiente premisa: “Lo único imposible en esta vida es arrugar los dientes”. Muchas personas se dejan dominar por el pesimismo. Hoy, y tengámoslo muy presente, la novedad es lo imposible, visto como una oportunidad de negocio. El mercado está sembrado de hacedores de imposibles. ¿Tú eres uno de ellos? Error N° 4: No querer prescindir de preocupaciones banales. Muchas personas tienen la costumbre de preocuparse por cosas insignificantes. Para evitar o corregir este error, sencillamente trabaja en lo que consideres importante; es decir, en aquello por lo que todos deberíamos preocuparnos. Error N° 5: Rechazar el desarrollo y el perfeccionamiento de la mente y no adquirir el hábito de leer y estudiar. Ya muchos de los títulos que poseemos están obsoletos. Espero que tú conocimiento no. Hoy los títulos deben indicar su fecha de vencimiento. En esta era de cambio, que ya vaticinaba Cicerón, es cuando más necesitamos el conocimiento novedoso de nuestro lado. Hay que invertir en la preparación, ya que es más costosa la ignorancia. Error N° 6: Intentar obligar a los demás a creer y vivir como nosotros. Cultiva tu propio jardín y abandona tu tendencia a examinar y juzgar como los otros cultivan el suyo. Todos somos diferentemente iguales y tenemos el pleno derecho a la libertad de elegir. Una de las principales características de las personas plenamente realizadas es que no desean controlar a los demás. Obligar es el arte de la contradicción. Es más fácil enseñar caminos y dejar que cada quien escoja su sendero. Recuerda: En la variedad, está la emoción de la vida.

martes, 18 de marzo de 2014

ERES "TU" EL PILOTO DE TU VIDA

“Cuando conduzco el coche, me molesta que quien está junto a mi, me diga que camino tomar, que me detenga o ¡cuidado! Yo soy el conductor. Yo se porque hago lo que hago. Y el conductor es el único que lo sabe. Nunca hago caso de quien quiere decirme como manejar, porque por eso pasan accidentes”. Escuché que le respondía un hombre a su amiga, cuando esta le platicó que su hija conducía un coche, y le dijo que acelerara para evitar un trailer. Su hija le hizo caso, pero no alcanzó a pasarlo. El trailer se llevó el coche. Afortunadamente viven para contarlo. Como un rayo, comparé las similitudes que tiene este ejemplo con nuestra vida. Nuestro coche se llama “vida” y el Ser Supremo ha sido lo suficientemente generoso, como para darnos a cada quien un “coche” propio. Todos somos los conductores de nuestra propia vida. Desafortunadamente, muchos no asumen esa responsabilidad. Son conductores miedosos, que les gusta preguntar a cuanto tripulante tienen, que deben hacer. Y como resultado, tienen accidentes o no están satisfechos con su vida. ¿Por qué siguen escuchando los consejos de otros, cuando no están satisfecho con los resultados? Simple. Es más fácil culpar a otros de sus fracasos, que ser responsables de sus decisiones. Es el caso de la chica que le pregunta a la mamá ¿Qué debo estudiar? O el caso del chico que pregunta ¿Cuál carrera da más dinero? Porque el precio de seguir los impulsos de tu corazón, de tomar tus propias decisiones, es la posibilidad de fracasar. Nadie puede esperar tener éxito en lo que le gusta con tan solo unos intentos. La historia está llena de hombres que estuvieron peleando por sus ideas, y que después de fracasos temporales, obtuvieron el éxito. Aplicaron la persistencia en sus sueños. La sensación de libertad, de asumir el control del volante de tu vida, te dará una seguridad y energía interior que no tiene precio. Para un militar, su orgullo son las heridas de guerra. Y para el hombre de negocios, platicar de sus fracasos, antes de alcanzar la cima. Aunque las derrotas temporales te causen dolor… cuando sean cosa del pasado, te divertirá recordarlas. Le dará más valor a tu éxito. Detén a esa persona mata pasiones, y no la escuches cuando quiera dirigir el coche de tu vida, a una velocidad diferente a la que tú lo haces. El no conoce porqué haces lo que haces. No conoce tu vida, como tú la conoces. El no comprende tus sueños y motivos. Finalmente, él en sus consejos, proyecta lo que él es. Lo que el hace. Lo que haría en tu lugar. Y si es un mediocre, y le haces caso… vas a acabar siendo un mediocre también. Observa que las personas que han tenido éxito, primero se escuchan a sí mismas. Fueron tercas en escucharse primero a ellas mismas, antes que a los demás. ¿Que consejo te puedo dar? Hay dos frases que me encantan: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” de Machado, y “Try hard enough” de Malcolm Forbes, esto es: sigue intentando hasta que tengas éxito. Recordando mi vida, veo que las actividades en que he tenido más éxito, son en las que he aplicado estas dos frases. Y añade otro ingrediente: la esperanza. En lo que más he tenido éxito, siempre hubo un momento en el que tuve un fracaso tan doloroso, que se abrían ante mi dos caminos: seguir adelante a pesar de que parecía que no lo lograría, o resignarme. Al tomar el camino de seguir adelante… ¡lo logré! Te confieso que ya no creía en mi. Pero tenía la esperanza de lograrlo. Y la esperanza, transformó en realidad mis sueños. También, hubo momentos en los que elegí el camino de la resignación. Me excusé ante mi mismo con mil pretextos de porque había fracasado. Pero no dejo de pensar que pude haber elegido la otra vereda y que pude haber tenido éxito. La esperanza debes mezclarla con la persistencia también. Tu Breve Espacio, es fruto de la esperanza y persistencia combinadas. La fe en un Ser Supremo también ha sido muy importante para mi. Me ha dado la paz y serenidad necesarias cuando parece que mi mundo se voltea de cabeza. Te invito a que experimentes la emoción de conducir el coche de tu vida. Disfrútalo a tu ritmo, a tu manera ¡Y condúcelo hasta las estrellas! ¡Suerte!

martes, 11 de marzo de 2014

Mas que un anillo de compromiso

Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le mostró una hermosa piedra solitaria que brillaba como un pequeño sol resplandeciente. El muchacho contempló el anillo, preguntó el precio y con una sonrisa se dispuso a pagarlo. -¿Se va usted a casar pronto? Preguntó el joyero. -¡No!, respondió el muchacho, ni siquiera tengo novia. Es para mi mamá, dijo el muchacho. Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejó que se hiciera un aborto, así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me regaló la vida que hoy puedo disfrutar. Fue padre y madre. Amiga, hermana y maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. El joyero, sorprendido, no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al joven el descuento especial que sólo se hace a los clientes importantes. Reflexión: Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas. Tenemos más compromisos, pero menos tiempo. Tenemos más medicinas, pero menos salud. Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero interiormente estamos vacíos. Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado. Hemos llegado a la luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino. Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior. Tenemos mayores ingresos, pero menos moral y felicidad. Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría. Con más comida, pero menos nutrición. Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios. Son tiempos de casas más lindas, pero más hogares rotos. Por eso, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas; pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos en el campo, en la playa; come tu comida preferida; visita los sitios que te gustan. La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es sólo para sobrevivir. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir. Digamos hoy a nuestros familiares y amigos cuánto los queremos. No retrases nada que agregue alegría y felicidad a tu vida. Cada día, hora y minuto pueden ser especiales.

lunes, 3 de marzo de 2014

LA BOLSA DE CARBÓN

Un día, Jorgito entró a su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto. Su padre, lo llamó. Jorgito, le siguió, diciendo en forma irritada: - Papá, ¡Te juro que tengo mucha rabia! Pedrito no debió hacer lo que hizo conmigo. Por eso, le deseo todo el mal del mundo, ¡Tengo ganas de matarlo! Su padre, un hombre simple, pero lleno de sabiduría, escuchaba con calma al hijo quien continuaba diciendo: - Imagínate que el estúpido de Pedrito me humilló frente a mis amigos. ¡No acepto eso!.. Me gustaría que él se enfermara para que no pudiera ir más a la escuela. El padre siguió escuchando y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa, de donde tomó un saco lleno de carbón el cual llevó hasta el final del jardín y le propuso: - ¿Ves aquella camisa blanca que está en el tendedero? Hazte la idea de que es Pedrito y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después yo regreso para ver como quedó. El niño lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones pero como la tendedera estaba lejos, pocos de ellos acertaron la camisa. Cuando, el padre regresó y le preguntó: - Hijo ¿Qué tal te sientes? - Cansado pero alegre. Acerté algunos pedazos de carbón a la camisa. El padre tomó al niño de la mano y le dijo: Ven conmigo quiero mostrarte algo. Lo colocó frente a un espejo que le permite ver todo su cuerpo. ¡Qué susto! . Estaba todo negro y sólo se le veían los dientes y los ojos. En ese momento el padre dijo: - Hijo, cómo pudiste observar la camisa quedó un poco sucia pero no es comparable a lo sucio que quedaste tú. El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros. Por más que queremos o podamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, los residuos y la suciedad siempre queda en nosotros mismos. Ten mucho cuidado con tus pensamientos porque ellos se transforman en palabras. Ten mucho cuidado con tus palabras porque ellas se transforman en acciones. Ten mucho cuidado con tus acciones porque ellas se transforman en hábitos. Ten mucho cuidado con tus hábitos porque ellos moldean tu carácter. Y ten mucho cuidado con tu carácter porque de él dependerá en gran medida tu destino.