sábado, 27 de septiembre de 2008

¿Y tú, qué dirías?

De pie y en fila junto con su pelotón del Ejército Rojo, Taavi ya había resuelto en su mente lo que iba a decir.
Los oficiales se dirigían hacia él y en el camino le hacían la misma pregunta a cada uno de los soldados en la fila:
-"¿Eres cristiano?" "No", fue la respuesta. Entonces se acercaron al próximo: "¿Eres cristiano?" "No", contestó.
Los jóvenes reclutas permanecían parados en atención, con la mirada fija hacia delante. Los interrogadores se acercaron un poco más al joven estonio de dieciocho años de edad, que había sido reclutado por el Ejército Rojo durante la ocupación de su país por los soviéticos.
Taavi era creyente desde hacía varios años. Aunque en su país solo se les permitía ir a la iglesia a los mayores de edad, la abuela de Taavi había compartido el evangelio con su joven nieto. Él había aceptado al Señor como su Salvador, y aunque no le era permitido asistir al templo, su abuela le enseñaba lo que iba aprendiendo durante a semana.
Los interrogadores se acercaron. Taavi nunca dudó de cuál sería su respuesta. Varios años atrás había tomado una firme decisión, pero aún así estaba nervioso. Cuando los oficiales llegaron a su lugar en la fila, le preguntaron: "¿Eres cristiano?" Sin vacilar, Taavi dijo con voz clara, "Sí".
"Entonces ven con nosotros", fue la orden del oficial a cargo. Taavi los siguió al instante. Subieron a un vehículo y se dirigieron hacia el edificio donde estaba la cocina y el comedor. Taavi no tenía la más mínima idea de lo que estaba por suceder, pero obedeció las órdenes.
Los oficiales le dijeron: "Te vamos a sacar del entrenamiento de combate. Eres cristiano y sabemos que no vas a robar, por lo tanto te vamos a colocar en la cocina". En la cocina se gestaba la mayor operación de mercado negro del Ejército Rojo. En ella se llevaba a cabo el contrabando y la venta ilegal de alimentos para los hambrientos soldados. Ellos sabían que la presencia de Taavi reduciría el robo.
Cuando seas retado por causa de tu fe, levántate y proclama con audacia la verdad. Dios estará contigo y Él te recompensará tu fidelidad.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Papas en la Mochila

Un día, el maestro nos pidió de tarea que lleváramos papas crudas y una bolsa de plástico. Nos dijo que pusiéramos en la bolsa plástica una papa por cada persona a la que guardábamos resentimiento y escribiéramos su nombra en ella.Nos pidió que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas en la mochila.¡Algunas bolsas eran realmente pesadas!Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo.El fastidio de acarrear esa bolsa a todo momento me demostró claramente el peso que cargaba a diario en mi corazón y en mi vida debido al resentimiento.También aprendí como, mientras ponía mi atención en ellas para no olvidarla, desatendía cosas que eran más importantes para mí.Este ejercicio me hizo pensar sobre el precio que pagaba por no perdonar algo que ya había pasado y no podía cambiarse.Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro, sin darnos cuenta que los primeros beneficiados somos nosotros mismos.Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra “Mochila” sentimental.La falta de perdón es como un veneno que tomamos diariamente a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.Muchas veces al primero que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron como hubieras querido que fuesen.El perdón nos libera de ataduras que nos amargaban el alma y enferman el cuerpo.No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó.Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor y enojo.El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.El perdón rompe las cadenas y te hace verdaderamente libre.¡Decídete hoy mismo a perdonar!Perdonar es el valor de los valientes.“Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar”

sábado, 13 de septiembre de 2008

¿DONDE ESTAN LAS MANOS DE DIOS?

Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están olvidados cuando la tierra está quebrada me pregunto ¿dónde estarán las manos de Dios ?Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino carente de recursos para defender sus derechos me pregunto ¿dónde estarán las manos de Dios ? Cuando contemplo a esta anciana olvidada ; cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios ?Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor; cuando observo a su pareja y a sus hijos deseando no verle sufrir, cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios ? Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol, cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino me pregunto ¿dónde estarán las manos de Dios ?Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y sale a vender su cuerpo, me pregunto : ¿dónde estarán las manos de Dios ?Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico, su miserable cajita de dulces sin vender, cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán titiritando de frío, con unos cuantos periódicos que cubren su frágil cuerpecito, cuando su mirada me reclama una caricia, cuando lo veo sin esperanzas vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios ? Y me enfrento a El y le pregunto : ¿dónde están tus manos Señor ? para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados. Después de un largo silencio escuche su voz que me reclamó,"no te das cuenta que tú eres mis manos, atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar estrellas".Y comprendí que las manos de Dios somos "TU y YO", los que tenemos voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se reten a si mismos para ser las manos de Dios.Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar, te pido perdón por el amor que me distes y que no he sabido compartir, las debo de usar para amar y conquistar la grandeza de la Creación.El mundo necesita esas manos, llenas de ideales y estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a día, a forjar una nueva civilización, que busquen valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan al final llegar vacías, porque entregaron todo el amor, para lo que fueron creadas y DIOS SEGURAMENTE DIRÁ:
¡ESAS SON MIS MANOS !

jueves, 4 de septiembre de 2008

“Pon la piedra más grande en tu vida”

Imagina una caja mediana. Y en ella comienzas a depositar piedras pequeñas. Cuando casi está llena, decides poner la piedra más grande. Ya no hay lugar para ella. Si quieres que la piedra más grande entre, es la que tienes que poner primero. Después, las piedras pequeñas. Hasta que se llene la caja.En nuestra vida es igual.En tu caja llamada vida, haces tareas rutinarias que no te gustan o no son tan importantes. Pero ocupan casi todo tu tiempo. Cuando quieres hacer lo que más te gusta, lo que realmente te entusiasma… ya no hay espacio.Y eso se comienza a manifestar en tu inquietud interior… la vocecita de tu alma te grita “escúchame, escúchame, no estoy haciendo lo que más me gusta”.Hay que hablar del mundo real. Quizás tengas que cuidar a tus nietos porque tu hija sale a trabajar todo el día y no te gusta. O, tengas que trabajar tu jornada de 10 horas diarias para llevar el sustento a tu casa y no disfrutes de tu trabajo.En el fondo, tu puedes elegir hacer cosas diferentes, si las que haces actualmente no te gustan. Pero por alguna razón, eliges hacerlas porque te reportan algún beneficio ¿verdad?Ya sea dinero u otras cosas. Si ya elegiste hacer estas actividades… ¡hazlas con entusiasmo! Si las vas a hacer de todas maneras, hazlas con gusto. Y te vas a sentir mejor.Y ahora hablemos de lo que realmente te importa en tu vida… ¿Te gustaría dedicarle más tiempo a tus hijos? ¿Viajar por el mundo? ¿Tener tu propio negocio?Hay una forma fácil de saber cual es la piedra más grande en tu vida. Si tienes 25 años, imagínate como serías dentro de 15 años más…Tendrías 35 ¿verdad?Y ahora, imagínate de 35 años, que te hubiera gustado hacer si pudieras volver a tener 25…Esa es tu piedra más grande. La buena noticia, es que no tienes 35… ¡todavía tienes 25! Y puedes vivir lo que quieras.Una vez que tengas claro cual es la piedra más grande en tu vida, que esa sea la actividad a la que le dediques más tiempo y esfuerzo PRIMERO. Después, a las otras.Tu vida es una caja con un espacio limitado, en la que no cabe todo lo que quieras…Pero si pones primero la piedra más grande… tu vida adquirirá sentido y entusiasmo.Y recuerda… ¡Pon la piedra más grande en tu vida primero!