domingo, 26 de julio de 2009

UN NIÑO EPECIAL

Hace muchos años al inicio del año escolar dentro de un salón de clases se encontraba una maestra de primaria conocida como la Sra. Thompson al frente de sus alumnos de 5to. Grado. Como la mayoría de los maestros ella miró a los alumnos y les dijo que a todos los quería por igual.
Pero eso era una mentira, porque en la fila de adelante encontraba hundido en su asiento, un niño llamado Jim Stoddard, el cual la Sra. Thompson conocía desde el año anterior y había observado que él era un niño que no jugaba bien con los otros niños, que sus ropas estaban desaliñadas y constantemente necesitaba un baño.

Con el paso del tiempo la relación de la Sra.Thompson con Jim se volvió desagradable. Llegó al punto que la señora Thompson sentía gusto al marcar sus tareas con grandes taches en color rojo y poner una gran "F" en el encabezado de estas.
Un día la escuela le pidió a la Sra. Thompson revisar los expedientes anteriores de cada niño de su clase y ella puso el de Jim hasta el final. Sin embargo, cuando revisó su archivo, se llevó una gran sorpresa. La maestra de primer grado de Jim escribió: "Jim es un niño brillante con una sonrisa espontánea. Hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales; es un deleite tenerlo cerca". Su maestra de segundo grado escribió:”Jim es un excelente alumno, apreciado por sus compañeros pero tiene problemas debido a que su madre tiene una enfermedad incurable y su vida en casa debe ser una constante lucha". Su maestra de tercer grado escribió: "La muerte de su madre ha sido dura para él. El trató deshacer su máximo esfuerzo pero su padre no muestra mucho interés y su vida en casa le afectará pronto si no se toman algunas acciones". Su maestra de cuarto escribió: "Jim es descuidado y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase".
En este momento la Sra. Thompson se dio cuenta del problema y se sintió apenada consigo misma. Ella se sintió todavía
peor cuando al llegar la Navidad, todos los alumnos le llevaron sus regalos envueltos cada uno de ellos en papeles brillantes y preciosos listones, excepto por el de Jim. Su regalo estaba torpemente envuelto en el pesado papel café que tomó de una bolsa del súper.
Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró dentro de ese papel un brazalete de piedras al que le faltaban algunas y la cuarta parte de un frasco de perfume. Pero ella minimizó las risas de los niños cuando exclamó...! Que brazalete tan bonito, poniéndoselo y rociando un poco de perfume en su muñeca. Jim Stoddard se quedó ese día después de clases solo para decir "Sra.Thompson, hoy usted olió como mi mamá solía hacerlo".
Después de que los niños se fueron, ella lloró por lo menos durante una hora. Desde ese día ella renunció a enseñar solo lectura, escritura y aritmética. En su lugar, ella comenzó a enseñar valores, sentimientos y principios a los niños.
La señora Thompson le tomó especial atención a Jim. A medida que trabajaba con él, su mente parecía volver a la vida. Mientras más lo motivaba, más rápido respondía. Al final del año, Jim se había convertido en uno de los niños más listos de la clase y a pesar de su mentira de que ella quería a todos los niños por igual, Jim se volvió uno de sus consentidos.
Un año después, ella encontró una nota de Jim debajo de la puerta del salón, diciéndole que ella era la mejor maestra que había tenido en su vida. Pasaron seis años antes de que recibiera otra nota de Jim. Él entonces le escribió que ya había terminado la preparatoria, había obtenido el tercer lugar en su clase, y que ella todavía era la mejor maestra que había tenido en su vida. Cuatro años después, recibió otra carta, diciéndole que no importando que en ocasiones las cosas habían estado duras, él había permanecido en la escuela y pronto se graduaría de la Universidad con los máximos honores. Y le aseguró a la Sra. Thompson que ella era aun la mejor maestra que el había tenido en toda su vida.
Luego pasaron otros cuatro años, y llego otra carta. Esta vez le explicó que después de haber recibido su titulo universitario, él decidió ir un poco más allá. Y le volvió a reiterar que ella era aun la mejor maestra que él había tenido en toda su vida. Solo que ahora su nombre era más largo y la carta estaba firmada por el Dr. James F. Stoodard, M.B.
El tiempo siguió su marcha y en una carta posterior Jim le decía que había conocido a una chica y que se iba a casar. El explicó que su padre había muerto hacia 2 años y él le preguntaba si la Sra. Thompson accedería a sentarse en el lugar que normalmente esta reservado para la mamá del novio. Por supuesto que ella accedió.
Para el día de la boda ella usó aquel brazalete con varias piedras faltantes y se aseguró de usar el mismo perfume que le recordó a Jim a su mamá la ultima Navidad.
Ellos se abrazaron y el Dr. Stoddard susurró al oído de la Sra. Thompson, "Gracias Sra. Thompson por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía hacer la diferencia". La Sra. Thompson, con lágrimas en sus ojos, le susurró de vuelta diciéndole, "Jim, tu estás equivocado. Tú fuiste el que me enseñó que yo podría hacer la diferencia. No sabía como enseñar hasta que te conocí".
Las experiencias que tenemos a lo largo de nuestras vidas (gratas y desagradables) marcan lo que somos en la actualidad, no juzgues a las personas sin saber que hay detrás de ellas, dales siempre una oportunidad de cambiar tu vida. .

martes, 21 de julio de 2009

LA VACA

Voy a compartir con todos ustedes una vieja historia popular, una parábola surlandesa que encierra una enseñanza:Cuentan que por las zonas deprimidas de Surlandia un sabio y su discípulo caminaban de pueblo en pueblo intentando ayudar con su sabiduría a todos aquellos que podían necesitar su ayuda, un enfoque, una reflexión o un consejo para mejorar su situación.Este sabio alcanzó gran reconocimiento por los pueblos más pobres de Surlandia dada su enorme capacidad para buscar soluciones a imposibles. Su discípulo lo tenía en gran estima y le procesaba una profunda admiración por su sabiduría.Un día el sabio y el discípulo encontraron una familia muy pobre. Todo su sustento giraba en torno a una vaca. Una simple y solitaria vaca. La vaca daba leche y una parte de esta leche la vendían por unas pocas monedas en pueblos y mercados cercanos. Otra parte se utilizaba para alimentar a los más pequeños y la parte restante se utilizaba para hacer queso con el que se alimentaban los mayores. A pesar de la precaria situación, la familia se había habituado a este medio de vida, y mal que bien, apenas lograban sobrevivir y salir adelante.El discípulo preguntó al Maestro si podía hacer algo para mejorar la vida de aquella familia. Era un problema complejo. El Maestro tras un tiempo de reflexión le pidió al discípulo que le trajera la vaca, la llevo paseando hasta un precipicio, y ante la atónita mirada del discípulo, aquél arrojo la vaca al vacío. Acto seguido ordenó al discípulo continuar su camino hacía otros lugares, abandonando a la familia tras de sí. El discípulo apenas daba crédito a la resolución del maestro. Por primera vez dudó de su juicio y pensó verdaderamente que la senectud lo había hecho enloquecer. Sin embargo, la fidelidad debida le hizo seguir sus pasos, aunque con profunda pena y preocupación por aquella familia y su futuro.Transcurrió un año entero sin que el Maestro diera una explicación sobre su actitud, y sin que el discípulo por respeto se la pidiera. No había dejado de preguntarse ni un solo día que habría sido de aquella familia a la que arrebataron el sustento. Las dudas sobre el maestro se habían disipado nuevamente, ya que durante este tiempo el Maestro había vuelto a dar muestras de sabiduría y cordura. Sin embargo aquel episodio seguía inquietando al discípulo.Un día, el Maestro decidió que había que volver y ver que había sido de aquella familia. Cuando llegaron, el discípulo apenas daba crédito a cuantos cambios a mejor se habían producido. La familia había dejado atrás la precariedad de su vida anterior. Ya no se podía decir que fuera una familia pobre.El padre de familia al verlos, salió a su encuentro y le agradeció profusamente al Maestro todo lo que había hecho por ellos. El discípulo curioso y perplejo preguntó cómo habían logrado subsistir al despeñamiento de la vaca y en qué forma el Maestro les había ayudado, a lo que el padre respondió: Mientras tuvimos la vaca no tuvimos que buscar otra forma de salir adelante. Subsistíamos y siempre pensábamos en qué hacer para mejorar la situación, pero sólo pensábamos. Al quitarnos la vaca, estuvimos obligados a salir adelante sin ella. Así de sencillo. El discípulo comprendió entonces cuan inmensa era la sabiduría de su Maestro, y cómo, en ocasiones, la única forma de resolver un problema es enfrentándolo.

lunes, 13 de julio de 2009

EL COLLAR DE TURQUESAS

Detrás del mostrador el hombre miraba distraídamente hacia la calle mientras una pequeña niña se aproximaba al local. Ella aplastó su naricita contra el vidrio del espectacular aparador y de pronto sus ojos color miel brillaron cuando vio determinado objeto. Ella entró decididamente en el local y pidió ver un hermoso collar azulque le había llamado la atención y le dijo al vendedor: “Es para mi hermana. Podría hacerme un lindo paquete?” El dueño del local, quien estaba a un lado, miró a la chica con cierta desconfianza y con toda tranquilidad le preguntó: “Cuánto dinero tienes, pequeña?” Sin alterarse ni un instante, la niña sacó de su bolsillo un atadito lleno de nudos, los cuales delicadamente fue deshaciendo uno por uno. Cuando terminó, colocó orgullosamente el pañuelo sobre el mostrador y con inusitado aplomo, dijo: “… Esto alcanza, no?” En el pañuelo solamente había unas cuantas monedas… Mirando al dueño con una tierna mirada que expresaba una mezcla de ilusión y tristeza le dijo: “Sabe, desde que nuestra madre murió, mi hermana me ha cuidado con mucho cariño y la pobre nunca tiene tiempo para ella…” “Hoy es su cumpleaños y estoy segura que ella estará feliz con este collar, porque es justo del color de sus ojos…” El empleado miraba al dueño sin saber qué hacer o decir, pero éste sólo le sonrió a la niña, y se fue a la trastienda, y personalmente lo envolvió en un espectacular papel plateado e hizo un hermoso moño con una cinta azul. Ante el estupor del empleado, el dueño colocó el hermoso paquete en una de las exclusivas bolsas de la joyería y se lo entregó a la pequeña diciéndole:“Toma, llévalo con cuidado.”Ella se fue feliz saltando calle abajo. Todavía no había terminado el día cuando una encantadora joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio.Colocó sobre el mostrador el paquete desenvuelto y preguntó: “Este collar fue comprado aquí?” El empleado cortésmente le pidió que esperara un momento y fue a llamar al dueño, quien de inmediato regresó, y con la más respetuosa sonrisa le dijo: “Sí, señora, este collar es una de las piezas especiales de nuestra colección exclusiva y en efecto, fue comprado aquí esta mañana” “Cuánto costó?” “Lamento no poder brindarle esa información, señora. Es nuestra política que el precio de cualquier artículo siempre es un asunto confidencial entre la empresa y el cliente” “…Pero mi hermana sólo tenía algunas monedas que ha juntado haciendo muñecas de trapo con ropa vieja, pues mi sueldo es demasiado modesto y apenas nos alcanza para sobrevivir. Este collar ciertamente no es de fantasía, y ella simplemente no tendría dinero suficiente para pagarlo…! El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio casi ceremoniosamente, y con mucho cariño colocó de nuevo la cinta diciendo mientras se lo devolvía a la joven: “Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar: Ella dio todo lo que tenía.” El silencio llenó el local y las lágrimas rodaron por el rostro de la joven, mientras sus manos tomaban el paquete y saía de allí lentamente, abrazándolo fuerte contra su pecho.
“Si un día tienes que elegir entre el mundo y el amor, Recuerda: Si eliges el mundo quedarás sin amor, pero si eliges el amor, con él conquistarás al mundo”

martes, 7 de julio de 2009

“EL PERRO Y EL NIÑO”

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía:"Cachorritos en venta".Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando:" -¿Cuál es el precio de los perritos? El dueño contestó: - Entre $30 y $50". El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:-"Sólo tengo $2.37... ¿Puedo verlos?".El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba. -¿Qué le pasa a ése perrito?, preguntó.El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamó: -"¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!". Y el hombre replicó:-"No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niñito se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo:-"Yo no quiero que usted me lo regale. El vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo". El hombre contestó: -"Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos". El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:-"Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda". El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo:-"Hijo, sólo espero y oro para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".
En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo es aquél que llega cuando el resto del mundo se ha ido.