lunes, 27 de mayo de 2013

UN SIMPLE PAPEL DE REGALO


de regalo para su graduación, como este tenía para comprárselo no se lo negó.


El día esperado llegó y el joven observaba para ver a su padre, pues contaba los minutos para que su padre le diera su coche, poco minutos tarde el padre apareció y lo felicitó y le dijo lo orgulloso que se sentía de él y le entregó un regalo en él había una biblia con el nombre del joven en mayúsculas y escrita en oro.

El joven miró a su padre y le dijo con tanto dinero que tienes y me das ¿esto en un simple papel de regalo? Pasaron los días el joven se enojó con su padre y no sabía de él. El culmino sus estudios se hizo un profesional y se casó al tiempo se puso a pensar en su padre y se dijo iré a reconciliarme con él; pero antes de irse recibió una carta donde se le informaba que su padre había muerto.

La carta le decía que tenía que ir a la casa de su padre y que todo lo que su padre poseía era de él. Él se fue a casa de su padre y se puso a ver las cosas de su padre sus documentos entre ellos encontró aquella biblia que recibió y que él no aceptó, se detuvo a leerla y en medio de ella estaba una factura donde hacía constar la compra de un vehículo como él se lo pidió, decía la hora y la fecha del día de su graduación y en el suelo cayeron unas llaves, las llaves del vehículo, al joven se le salieron la lágrimas cuando leyó aquella factura tenía una nota que su padre había escrito, esta le decía: ¡Totalmente pagado!

Muchas veces no apreciamos las cosas tan valiosas que nos da la vida sólo porque vienen ocultas y no nos detenemos a contemplarlas. Y cuando reaccionamos ya es demasiado tarde.







domingo, 19 de mayo de 2013

DE VOCACION MAESTRO

Recojo ahora una historia que encontré en la red y que demuestra que en el oficio de maestro (como en cualquier otro en realidad) lo más importante no son los conocimientos o habilidades que se tengan, sino la actitud con la que uno afronta cada día su trabajo.


Esta historia está dedicada a todos esos maestros, a todos esos profesionales en general, que se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos en su trabajo. A todos ellos gracias por creer que un mundo mejor es posible y, sobre todo, por intentar lograrlo. Para todos esos maestros “de alma”, de vocación, que, a pesar de la que está cayendo, se esfuerzan cada día por cumplir su compromiso con sus alumnos, sin excusarse en falta de medios o en la falta de una política valiente y consensuada para la formación. Es la hora de los valientes…

Hace años, un inspector visitó una escuela de primaria. En su recorrido observó algo que le llamó poderosamente la atención, una maestra estaba atrincherada detrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico.

Decidió presentarse: - Permiso, soy el inspector de turno...¿algún problema?

- Estoy abrumada señor, no se que hacer con estos chicos... No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni que decirles...

El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos preguntando: - ¿Qué es esto?

- Un corcho señor... -gritaron los alumnos sorprendidos.

- Bien, ¿De dónde sale el corcho?

- De la botella señor. Lo coloca una máquina.., del alcornoque, de un árbol .... de la madera..., - respondían animosos los niños.

- ¿Y qué se puede hacer con madera?, -continuaba entusiasta el inspector.

- Sillas..., una mesa..., un barco...

- Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en la pizarra y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a que provincia pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto mas cercano? ¿A que país corresponde? ¿Que poeta conocen que nació allí? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar? - Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.

La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:- Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias.

Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...

- Señorita...¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?

- Si señor, ¡cómo olvidarme! Que suerte que regreso. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?

Un saludo a todos los maestros de Yurécuaro y la Región en su día por ser los forjadores en las aulas del futuro de Mexico

sábado, 11 de mayo de 2013

LA MAMA MAS MALA DEL MUNDO

Nosotros tuvimos la mamá más mala del mundo, mientras otros niños comían lo que querían, nosotros teníamos que desayunar cereal, huevos, leche y pan. Cuando otros niños tomaban muchos refrescos y comían sin cesar dulces, pasteles y muchas botanas, nosotros teníamos que comer frijoles, aguas frescas, verduras, carne.


Cuando fuimos creciendo se hizo más mala, nuestra madre insistía en saber donde estabamos, parecía que estabamos encarcelados. Tenia que saber quienes eran nuestros amigos o con quien andábamos y lo que estábamos haciendo a cada instante. Nos insistía mucho en que si decíamos que nos íbamos a tardar una hora en algo o en algún lugar, debíamos tardarnos solamente una hora.

Pero siguió siendo cada vez más mala. Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley federal del trabajo de los niños. Nos enseñó a lavar nuestros trastes, tendíamos nuestras camas, barríamos y trapeábamos nuestra recamara, lavábamos nuestra ropa, nos mandaba a la tienda de la esquina a que le hiciéramos mandados y aprendimos cosas muy crueles como cocinar y otras que de plano no queremos recordar. Nos parece que se quedaba despierta toda la noche pensando que podía hacernos al día siguiente para molestarnos.

Cuando llegamos a la adolescencia fue más sabia y nuestras vidas se hicieron más terribles. Siempre insistía en que dijéramos la verdad y que le tuviéramos confianza. Nadie nos podía chiflar o tocar el claxon para que nosotros saliéramos corriendo, pues nuestros amigos tenían que tocar la puerta de nuestra casa y preguntar por nosotros. Se convirtió en una metiche total; quería que le informáramos el nombre de cada amigo; quienes eran sus padres, a que se dedicaba nuestro amigo y sus padres donde vivían; a que escuela asistía nuestro amigo y que estudios cursaba y muchas cosas más, sobre todo cuando queríamos ir a alguna fiesta, ya ustedes se han de imaginar. Por eso digo que nuestra madre fue un fracaso completo.

Sin embargo ha pasado el tiempo y ninguno de nosotros ha sido arrestado por vago, ebrio o por tener problemas con drogas. No hemos participado en actos de violencia.

Cada un de nosotros estamos trabajando para lograr un mejor futuro y solo nuestro esfuerzo será lo que nos haga cada día mejor. A nadie podemos culpar de nuestro futuro, cualesquiera que sea, nuestra madre hizo que nos convirtiéramos en adultos educados, respetuosos, honestos y trabajadores.

Ahora que soy madre, estoy educando a mis hijos con las mismas enseñanzas y de la misma manera que mi madre nos educo.

Me siento muy orgullosa cuando mis hijos me dicen que soy mala, muy mala madre. Verán, les digo, con el tiempo ustedes le darán gracias a Dios por haber tenido, como yo la tuve, la mamá más mala del mundo.



En Yurécuaro como todo el mundo es el día que festejamos a nuestra querida mamá felicidades a todas las que tenemos la dicha de ser mamas.



miércoles, 1 de mayo de 2013

EPORTANDOSE

Una vez un Sacerdote estaba dando un recorrido por la Iglesia al mediodía… al pasar por el altar decidió quedarse cerca para ver quién había venido a orar. En ese momento se abrió la puerta; el sacerdote frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo; el hombre estaba sin afeitarse desde hace varios días, vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado cuyos bordes se habían comenzado a deshilachar.


El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza, luego se levantó y se fue. Durante los siguientes días el mismo hombre, siempre al mediodía, estaba en la Iglesia cargando una maleta… se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir.

El Sacerdote un poco temeroso, empezó a sospechar que se tratase de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la Iglesia y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó: “¿Qué haces aquí?”. El hombre dijo que trabajaba cerca y tenía media hora libre para el almuerzo y aprovechaba ese momento para orar, “sólo me quedo unos instantes, sabe, porque la fábrica queda un poco lejos, así que sólo me arrodillo y digo: “Señor, solo vine nuevamente para contarte cuán feliz me haces cuando me liberas de mis pecados… no sé muy bien orar, pero pienso en Ti todos los días… así que Jesús, este es Jim reportándose”.

El Sacerdote sintiéndose un tonto, le dijo a Jim que estaba bien y que era bienvenido a la Iglesia cuando quisiera. El Sacerdote se arrodilló ante el altar, sintió derretirse su corazón con el gran calor del amor y encontró a JESÚS, mientras lágrimas corrían por sus mejillas; en su corazón repetía la plegaría de Jim:

“SÓLO VINE PARA DECIRTE, SEÑOR, CUÁN FELIZ FUI DESDE QUE TE ENCONTRÉ A TRAVÉS DE MIS SEMEJANTES Y ME LIBERASTE DE MIS PECADOS… NO SÉ MUY BIEN COMO ORAR, PERO PIENSO EN TI TODOS LOS DÍAS… ASÍ QUE, JESÚS, SOY YO REPORTÁNDOME”.

Cierto dÍa el Sacerdote notó que el viejo Jim no había venido. Los días siguieron pasando sin que Jim volviese para orar. Continuaba ausente, por lo que el Sacerdote comenzó a preocuparse, hasta que un día fue a la fábrica a preguntar por él; allí le dijeron que él estaba enfermo, que pese a que los médicos estaban muy preocupados por su estado, todavía creían que tenía oportunidad de sobrevivir. La semana que Jim estuvo en el hospital trajo muchos cambios, él sonreía todo el tiempo y su alegría era contagiosa.

La enfermera jefe no podia entender porqué Jim estaba tan feliz, ya que nunca había recibido ni flores, ni tarjetas, ni visitas.

El sacerdote se acercó al lecho de Jim con la enfermera y ésta le dijo, mientras Jim escuchaba: “Ningún amigo ha venido a visitarlo, él no tiene a dónde recurrir”.

Sorprendido el viejo Jim dijo con una sonrisa: “La enfermera está equivocada… pero ella no puede saber que TODOS LOS DÍAS, desde que llegué aquí, a MEDIODÍA, UN QUERIDO AMIGO MÍO VIENE, SE SIENTA AQUÍ EN LA CAMA, ME AGARRA DE LAS MANOS, SE INCLINA SOBRE MI Y ME DICE: “SÓLO VINE PARA DECIRTE, JIM, CUÁN FELIZ FUI DESDE QUE ENCONTRÉ TU AMISTAD Y TE LIBERÉ DE TUS PECADOS. SIEMPRE ME GUSTÓ OIR TUS ORACIONES, PIENSO EN TI CADA DÍA… ASÍ QUE JIM, ESTE ES JESÚS REPORTÁNDOSE”.

P.D.

Ahora, cada día, no podemos perder la oportunidad de decirle a Jesús: Aquí estoy REPORTÁNDOME…