lunes, 21 de octubre de 2013

"La Catrina"

La Catrina fue creada por artistas mexicanos para hacer una representación metafórica de la alta clase social de México, que prevalecía antes de la Revolución Mexicana. Posteriormente se convirtió en el símbolo oficial de la Muerte, ya que en México se celebra el Día de los Muertos el 1 y 2 de noviembre en toda la República Mexicana. El mexicano se burla de la muerte y juega con ella con cierta picardía y el debido respeto. De acuerdo con el folclor mexicano, "La Catrina," mejor conocida como la Muerte y con muchos nombres más, puede mostrarse de muchas formas. Algunas veces se representa alegre, vestida de manera elaborada, con ganas de divertirse e incluso coqueta y seductora con los mortales. Otras, la encontramos "en los purititos huesos," lista para llevarnos cuando menos lo esperamos. Sin embargo, la relación que los mexicanos tienen con "La Catrina" se define por una serie de circunstancias íntimamente vinculadas con la historia y cultura de México, las tradiciones y costumbres de cada región; la consideran un huésped imprescindible en ocasiones importantes, como el Día de Todos Santos y el Dìa de los Fieles Difuntos. De acuerdo a esta tradición, se cree que la muerte y la memoria de nuestros fieles difuntos, nos da un sentido de identidad que arraiga nuestra cultura. A " La Catrina" y a "El Catrìn" los asociamos también, paradójicamente, con el placer de vivir ante la inminencia de la muerte. La Catrina, con su personalidad traviesa, ocurrente, simpática y coqueta nos invita a vivir con plenitud cada momento, y a través de las artes mayores y menores encontrar el sentido de la vida. La doble identidad de La Catrina nos recuerda que la vida es aquí, ahora y eternamente. Ahora les presentamos a los artistas que plasmaron la imagen de La Catrina en grabados que la han hecho inmortal.

martes, 15 de octubre de 2013

UNA FLOR

Había una joven muy rica, que tenía todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo donde le pagaban muy bien, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo su tiempo y su vida estaba mal en algunas áreas. Si el trabajo consumía mucho tiempo, abandonaba a sus hijos, si surgía algún problema, ella dejaba de lado a su marido… Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después, Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: una flor muy cara y rarísima, de la cual había apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo: “Hija, esta flor te ayudara mucho más de lo que tú te imaginas! Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en cuando, ocasionalmente conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y las más lindas flores.” La joven la recibió emocionada, pues la flor era de una belleza sin igual. Mas el tiempo fue pasando, los problemas surgían, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y aún estaba ahí, no mostraba ningún signo de debilidad o muerte, siempre, linda, perfumada. Entonces ella pasaba sin prestarle más atención. Hasta que un día, sin más, la flor murió. Ella llego a casa y se llevó un susto! Estaba completamente muerta, sus raíces estaban resecas, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La Joven se echó a llorar y le conto a su padre lo que había acontecido. Su padre entonces respondió: “Imagine que eso ocurriría, y no puedo darte otra flor, porque no existe otra igual a ella, era única, así como tus hijos, tu marido, tus amigos y toda tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero debes aprender a regarlos, podarlos y dar atención a ellos, pues así como la flor, los sentimientos también mueren. Tú te acostumbraste a ver la flor viva, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla. Cuida a las personas que amas!” Y tú?… Cuidas de las bendiciones que Dios te ha dado? Proteges esa flor, pues forman parte de las bendiciones del Señor: Él nos las da, mas nosotros somos lo que debemos cuidar de ellas.

lunes, 7 de octubre de 2013

EL LADRILLO

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo, con precaución de no toparse con un chico cruzando la calle sin mirar, y al bajar la velocidad; sintió un estruendoso golpe en la puerta, y al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto. Trancó los frenos, dio un brusco giro de 180 grados; y regresó a toda velocidad a donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucía su exótico auto. Salió del auto de un brinco y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia un auto estacionado; le gritó a toda voz: ¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tu? ¿Qué crees que haces con mi auto? Y enfurecido casi botando humo, continuó gritándole al chiquillo: ¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte caro! ¿Por qué hiciste eso? "Por favor, Señor, por favor. Lo siento mucho! no sé que hacer", suplicó el chiquillo. "Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía”. Lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado. "Es mi hermano", le dijo. “Se descarriló su sillón de ruedas y se cayó al suelo y no puedo levantarlo". Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo: "Puede usted, por favor; ayudarme a sentarlo en su silla? Está golpeado, y pesa mucho para mí solito". Soy pequeño. Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó grueso el taco que se le formó en su garganta. Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó en su silla nuevamente sacando su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y el sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo especial. Luego de verificar que se encontraba bien, miró; y el chiquillo le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie... "DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo. El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita. El ejecutivo no ha reparado aún la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo; para recordarle el no ir por la vida tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención. DIOS nos susurra en el alma y en el corazón. Hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención. Escoge: Escucha el susurro... o el ladrillazo.