jueves, 27 de diciembre de 2012

¿ES USTED LA ESPOSA DE DIOS?

Un niño estaba descalzo frente a una tienda de zapatos, apuntando a través de la ventana y temblando de frío. Una señora se le acercó y le dijo:


Mi pequeño amigo, ¿qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?. La respuesta del chiquillo fue:

"Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos". La mujer lo tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda, le pidió al empleado le diera media docena de pares de calcetines.

Preguntó si podría prestarle un envase con agua y una toalla. El trabajador rápidamente le trajo lo que pidió. La dama llevó al pequeño a la parte trasera de la tienda, le lavó los pies y se los secó con la toalla. El dependiente la esperaba con los calcetines, la mujer le puso un par de ellos al chico y le compró unos zapatos. Guardó el resto de las medias y se las dio. Luego, acariciando al pequeño en la cabeza dijo:

"No hay duda amiguito que te sientes más cómodo ahora".

Mientras ella daba la vuelta para marcharse, el niño la alcanzó, la tomó de la mano y mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó:

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